La diabetes gestacional surge en el embarazo caracterizada por la incapacidad de regular correctamente los niveles de glucosa en el organismo. La sufren aproximadamente un 7% de las gestantes y desaparece después del parto. Sin embargo, haberla padecido aumenta en un 7,5% las posibilidades de que la mujer desarrolle diabetes mellitus de tipo 2 a lo largo de su vida.
Se detecta alrededor de la semana 20 de gestación gracias a una sencilla prueba conocida como la prueba del azúcar.
Una mujer que ha tenido diabetes gestacional tiene 4,69 veces más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en los cinco años posteriores al embarazo y 9,34 veces más pasados los primeros 5 años.
¿Por qué se desarrolla?
Desde luego, en el desarrollo posterior de la enfermedad intervienen otros factores como la raza, el número de hijos o la lactancia materna, pero los investigadores creen que podría existir una causa común entre ambos trastornos.
Dado que se ha detectado una relación entre la diabetes gestacional y el posterior desarrollo de diabetes de tipo 2, los especialistas indican que las mujeres que hayan padecido diabetes en el embarazo sean periódicamente controladas después de dar a luz a fin de detectar cualquier cambio en su tolerancia a la glucosa.
Conclusión:
La diabetes gestacional debe ser rigurosamente controlada en el embarazo pues de otro modo podría suponer graves consecuencias como parto prematuro, malformaciones e incluso la pérdida del bebé.